
falta de compromiso, de las potencias ya bien afectadas por los efectos como son tornados, huracanes deshielo de los casquetes polares, desajuste en el los periodos de tiempo climático, chubascos con precipitaciones sin precedentes, veranos prolongados con las consecuencias de quemas de grandes masas de bosques y cultivos, de lo que ellos eluden como responsabilidad social, para con el globo terráqueo, pero que con su cuota, de irresponsabilidad, con la contaminación, emisiones de gases que producen el efecto de invernadero en la atmosfera planetaria, la conocida combinación de elementos químicos como detergentes, micelas indestructibles, polímeros monómeros, y fibras de vidrio, gases de emisión carbonatados, etanos metanos, gases carbónicos de sus chimeneas y autos, detonaciones de ojivas nucleares con su efecto de por vida de las irradiaciones letales, y que para ellos es más costosa poner en marcha planes de restricción de las causas que han provocado el desajuste del sistema global. Es un asunto que permite de por si conjeturas y muchas especulaciones, de los beneficios económicos con las cuantiosas sumas que se manejan en reparación de calamidades, con las sonadas ventajas de partidas astronómicas que les da el manejo político, con la calamidad manifiesta, sin los rigores de control de partidas presupuestales para dichos efectos. No obstante vemos el afán de reunirse el grupo de los veinte, el de los ocho, la comisión de temas de seguridad de la ONU, y cuanto organismo existe para que en medio de cocteles y afectuosos saludos posponen la iniciación de verdaderas formulas para iniciar la restitución y puesta en marcha de verdaderos formulas para evitar la destrucción de nuestra morada terrenal. De Jesús Gerardo Calderón